
CASOS DE ÉXITO


01
Sistema de captación pluvial residencial
Diseñado para una superficie de recolección de 120 m², el sistema canaliza el agua hacia un filtro de primeras lluvias, encargado de retener sedimentos pesados al inicio de cada precipitación. El agua recolectada se almacena en 17 tinacos de 450 litros cada uno, sumando una capacidad total de 7,650 litros.
Posteriormente, pasa por un sistema de filtración compuesto por filtros de sedimentos y carbón activado en portafiltros, operando a un flujo nominal de 5 galones por minuto. El agua tratada es apta para uso doméstico general, incluyendo regaderas y servicios sanitarios.
02
Sistema de captación pluvial industrial
Sistema diseñado para recolectar hasta 20,000 litros de agua de lluvia, con un área de captación de aproximadamente 600 m². Ideal para propiedades de gran escala que buscan reducir su dependencia del suministro convencional y adoptar una solución hídrica sostenible.
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El sistema incluye filtro de primeras lluvias, filtros en portafiltros de sedimentos, carbón activado y plata coloidal, con un esquema de automatización que optimiza el funcionamiento y el mantenimiento.
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Una solución eficiente, limpia y confiable para aprovechar al máximo el agua de lluvia.





03
Sistema de captación pluvial automatizado industrial
El sistema integra cinco filtros de primeras lluvias con desagüe automático, optimizando la retención de contaminantes comunes en superficies expuestas (hojas, excremento de aves, pelo de animales, entre otros). El agua recolectada se almacena en cuatro tanques de 10,000 litros, para una capacidad total de 40,000 litros.
La etapa de tratamiento incluye dos tanques de fibra de vidrio: uno con carga filtrante para sedimentos y otro con carbón activado, el cual elimina cloro residual, olores, sabores y compuestos orgánicos, mejorando así la calidad del agua para uso no potable.
El sistema opera a un flujo nominal de 8 galones por minuto y cuenta con automatización inteligente en los siguientes puntos:
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Drenado automático de los filtros de primeras lluvias mediante la instalación de una válvula con actuador, la cual se activa por medio de sensores de flujo que detectan la entrada de agua. La apertura se regula según tiempos preprogramados y el nivel de contaminación presente en la superficie.
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Relleno automático de la cisterna, activado por boyas de nivel instaladas en los tanques de almacenamiento. Estas envían señales a un tablero de control central que enciende o apaga la bomba, optimizando su funcionamiento y evitando arranques innecesarios.